Tipos de Bultos en Perros y Cómo Identificarlos Sin Preocuparse

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Imagen de un perro Pomerania junto a un cartel de advertencia sobre bultos en perros, usada por Paradispets para informar sobre salud canina.

Tipos de Bultos en Perros y Cómo Identificarlos Sin Preocuparse

Notar un bulto inesperado mientras acaricias a tu perro es una de esas experiencias que hielan la sangre por un instante. La mente, en un segundo, viaja al peor de los escenarios posibles. Es una reacción completamente normal, un reflejo del amor inmenso que sentimos por nuestros compañeros de cuatro patas. En nuestro día a día como el criadero responsable Paradispets, hemos acompañado a muchas familias que han pasado exactamente por ese momento de angustia, y la primera palabra que siempre les ofrecemos es: calma.

La gran mayoría de los bultos en perros son mucho menos aterradores de lo que parecen a primera vista. Desde simples acumulaciones de grasa hasta pequeñas reacciones cutáneas, el abanico de posibilidades es enorme y, afortunadamente, mayoritariamente benigno.

Vamos a desgranar juntos los diferentes tipos de bultos en la piel de los perros, aprender a realizar una primera valoración en casa y, sobre todo, a saber cuándo es realmente el momento de coger el teléfono y llamar al veterinario, dejando el pánico a un lado.

Qué Debes Hacer al Descubrir un Bulto en Tu Perro

Lo has encontrado. Una pequeña protuberancia que jurarías que ayer no estaba ahí. Antes de que salten todas las alarmas, respira hondo. Tu perro es un experto en leer tu lenguaje corporal, y si te nota ansioso, él también se pondrá nervioso.

El primer paso es actuar con metodología y tranquilidad. Realiza una primera exploración suave. Con las yemas de los dedos, palpa el bulto con delicadeza. No aprietes ni intentes «reventarlo», simplemente, familiarízate con él. Mientras lo haces, hazte estas preguntas:

  • ¿Cuál es su consistencia? ¿Es blando y esponjoso, como una almohadilla de grasa, o es duro como una piedra?
  • ¿Se mueve? ¿Puedes desplazarlo suavemente bajo la piel o parece que está anclado a los tejidos más profundos?
  • ¿Cuál es su forma? ¿Es redondeado y con bordes definidos, o tiene una forma irregular y difusa?
  • ¿Y la piel de alrededor? ¿Está del mismo color de siempre o la ves enrojecida, irritada, sin pelo o con alguna herida?
  • ¿Le duele? Observa a tu perro. ¿Se queja, se aparta o intenta morderte cuando tocas la zona? La ausencia de dolor no significa que no sea nada, pero su presencia es un dato importante.
  • ¿Tiene una temperatura diferente? ¿Notas el bulto más caliente que el resto del cuerpo?

Apunta tus observaciones. Puedes incluso hacer una foto con el móvil al lado de una moneda para tener una referencia de su tamaño. Este pequeño «diario del bulto» será de una ayuda incalculable para tu veterinario.

¿Por qué Salen bultos en la Piel de los Perros?

La piel canina, igual que la humana, responde a agresiones externas e internas. Con el tiempo, los fibroblastos producen colágeno de peor calidad, las glándulas sebáceas se vuelven más activas o, simple y llanamente, la genética pone su granito de arena. Así se originan desde un lipoma en perro hasta un quiste folicular. Factores determinantes:

  • Edad: A partir de los 6-7 años la probabilidad de tumores cutáneos aumenta.
  • Raza: Pieles finas o arrugadas (Shih Tzu, Cocker Inglés) son más proclives a quistes.
  • Peso: El tejido graso es terreno fértil para lipomas.
  • Hormonas: Machos no castrados y hembras enteras tienen mayor riesgo de adenomas perianales y mamarios.
  • Entorno: Parásitos, espigas, productos de limpieza agresivos y dietas desequilibradas influyen.

Tip Paradispets: Incluye ácidos grasos omega-3 en la dieta de tu perro mini o toy; refuerzan la barrera cutánea y reducen la inflamación.

Tipos de Bultos Benignos en Perros

Afortunadamente, la estadística está de nuestro lado. La mayoría de los bultos que encontrarás en tu perro a lo largo de su vida pertenecen a esta categoría.

Son como pequeños «accidentes» de la piel o del tejido subcutáneo que, aunque a veces aparatosos, no comprometen la salud de nuestro amigo.

Lipoma. El Famoso «Bulto de Grasa»

Si tuvieras que apostar, esta sería la opción más probable, especialmente en perros de mediana edad o senior. El lipoma perro es, sin duda, el rey de los bultos benignos.

No es más que una acumulación encapsulada de células grasas (adipocitos) que crece lentamente bajo la piel.

  • Cómo son: Blandos, ovalados o redondeados, móviles y, lo más importante, no duelen. Al tacto, se sienten como un pequeño cojín que puedes desplazar con facilidad.
  • Dónde aparecen: Son muy comunes en el pecho, el abdomen, la espalda y la parte superior de las patas.
  • ¿Qué hacer?: Aunque un veterinario puede tener una idea muy clara solo con la palpación, el diagnóstico definitivo se hace con una citología (PAAF), que consiste en pinchar con una aguja fina para extraer unas pocas células. Si se confirma que es un lipoma, la norma general es «vigilar y no tocar», a no ser que crezca mucho y en una zona molesta (como la axila o cerca de una articulación), que pueda dificultar el movimiento de tu perro.

Quistes Sebáceos. Pequeños Granos que se Obstruyen

Los quistes sebáceos son otra causa muy frecuente de bultos en la piel. Se forman cuando una glándula sebácea (encargada de producir la grasa que protege la piel) se obstruye. Es como una espinilla a lo grande.

  • Cómo son: Suelen ser bultos más pequeños, firmes, a menudo con un punto blanquecino o negruzco en el centro. A veces, pueden inflamarse y romperse, liberando un material blanquecino y espeso, parecido a la pasta de dientes.
  • Dónde aparecen: Pueden salir en cualquier parte del cuerpo, pero son frecuentes en el lomo y el cuello.
  • ¿Qué hacer?: ¡No intentes explotarlo en casa! Podrías provocar una infección importante. Si no está inflamado ni molesta, se puede dejar. Si se infecta, se pone rojo o doloroso, el veterinario lo tratará, a veces con antibióticos o con una pequeña incisión para drenarlo y limpiarlo correctamente.
Manos revisando la piel de un perro rubio para detectar bultos en perros, en un entorno tranquilo como los de Paradispets.

Histiocitomas

Estos son los típicos «bultos del cachorro«. Si tu perro tiene menos de dos o tres años y le aparece de repente un bulto rojo, sin pelo y con forma de botón, es muy probable que sea un histiocitoma.

  • Cómo son: Pequeños, firmes, rojos y de crecimiento rápido. Parecen una pequeña frambuesa incrustada en la piel.
  • Dónde aparecen: Frecuentes en la cabeza, las orejas y las patas.
  • ¿Qué hacer?: A pesar de su aspecto a veces alarmante y su rápido crecimiento inicial, los histiocitomas son benignos y, en la mayoría de los casos, el propio sistema inmunitario del perro los hace desaparecer en un plazo de uno a tres meses. Se suele recomendar vigilarlos, y solo se extirpan si están en una zona de roce o si el perro se los lame o muerde constantemente.

Papilomas o Verrugas Víricas

Causados por el virus del papiloma canino, estos bultos son, literalmente, verrugas. Son más comunes en perros jóvenes con un sistema inmunitario aún inmaduro o en perros ancianos con las defensas más bajas.

  • Cómo son: Tienen un aspecto inconfundible, como una pequeña coliflor. Pueden ser únicos o aparecer en grupo.
  • Dónde aparecen: Lo más habitual es que salgan en los labios, las encías, alrededor de los ojos o incluso entre los dedos.
  • ¿Qué hacer?: Son contagiosos entre perros, pero no para los humanos. La buena noticia es que, al igual que los histiocitomas, suelen desaparecer por sí solos cuando el sistema inmunitario del perro reacciona contra el virus. Solo se tratan si causan molestias para comer, se infectan o no remiten en un tiempo prudencial.

Abscesos y Hematomas

Estos bultos no son tumores, sino reacciones a un trauma. Un absceso es una acumulación de pus bajo la piel, normalmente causada por un mordisco, un arañazo que se infecta o un cuerpo extraño que se ha clavado (como una espiga). Un hematoma es una acumulación de sangre por un golpe.

  • Cómo son: Un absceso suele ser un bulto caliente, doloroso y que puede fluctuar al tacto (como un globo de agua). Un hematoma puede ser más firme o blando y la piel de alrededor puede verse amoratada.
  • ¿Qué hacer?: Un absceso siempre requiere atención veterinaria. Necesitará ser drenado, desinfectado y, casi con total seguridad, requerirá un tratamiento con antibióticos y antiinflamatorios. Los hematomas pequeños suelen reabsorberse solos, pero si son grandes, es conveniente que un profesional los valore para descartar lesiones mayores.


Tipos de Bultos Malignos

Esta es la parte que a nadie le gusta leer, pero de la que es imprescindible hablar. Afortunadamente, son menos comunes, pero existen. La detección precoz en estos casos no solo mejora el pronóstico, sino que puede salvar la vida de tu perro.

Mastocitomas

Es el tumor de piel maligno más común en perros. Se les llama «los grandes imitadores» porque pueden presentarse de mil formas distintas: un pequeño bulto blando que parece un lipoma, una zona enrojecida e irritada, un bulto pata perro más feo…

  • Cómo son: Su apariencia es muy variable. Pueden crecer, luego reducir su tamaño y volver a crecer. A veces pican y el perro se los lame mucho. Liberan histamina, por lo que la zona puede inflamarse y enrojecerse.
  • Diagnóstico y tratamiento: La citología (PAAF) es crucial. Nunca se debe subestimar un bulto que podría ser un mastocitoma. El tratamiento es siempre quirúrgico, con unos márgenes de seguridad muy amplios para asegurar que se elimina por completo. Dependiendo del grado del tumor, puede requerir quimioterapia o radioterapia.
Veterinaria de Paradispets revisando a un bulldog francés durante un chequeo para detectar posibles bultos en perros.

Sarcomas de Tejidos Blandos

Son tumores que se originan en el tejido conectivo (músculos, grasa, cartílago). Suelen ser más frecuentes en perros de razas grandes y de edad avanzada.

  • Cómo son: Tienden a ser bultos firmes, de crecimiento lento pero infiltrativo, lo que significa que no tienen bordes bien definidos y se «agarran» a los tejidos de alrededor.
  • Diagnóstico y tratamiento: El diagnóstico requiere una biopsia, ya que la citología a veces no es suficiente. El tratamiento principal es la cirugía agresiva. Son tumores que tienden a reaparecer localmente si no se eliminan con márgenes muy amplios.

Carcinomas y Melanomas

El carcinoma de células escamosas suele aparecer en zonas con poco pelo y expuestas al sol, como la trufa, los párpados o el abdomen. A menudo tienen un aspecto ulcerado o de costra que no cura. Por otro lado, los melanomas, aunque la mayoría que aparecen en la piel con pelo son benignos, los que surgen en la boca, las uñas o las almohadillas suelen ser muy agresivos y con una alta capacidad de metástasis.

Hombre joven arrodillado acaricia con ternura la cabeza de su perro mientras lo observa de cerca en un día soleado, reflejando la atención necesaria para reconocer a tiempo la Hipoglucemia en Perros.

Bultos en Zonas Específicas

La localización de un bulto puede darnos pistas muy valiosas sobre su posible naturaleza. No es lo mismo un bulto en el lomo que un bulto en la cara del perro.

Bulto en la Pata del Perro

Las patas son una zona de mucho trote. Un bulto pata perro puede ser desde un quiste interdigital (muy común en razas como el Bulldog o el Bóxer), una herida infectada, un histiocitoma o, en el peor de los casos, un mastocitoma o un sarcoma. Cualquier cojera asociada a un bulto en la pata es motivo de consulta inmediata.

Bulto en la Ingle del Perro

Un bulto en la ingle puede tener varios orígenes. Podría ser un lipoma, un ganglio linfático inflamado (lo que indicaría una reacción a una infección o algo más serio en la zona) o una hernia inguinal. Si notas bultos en las ingles que duelen, podría tratarse de un absceso o una hernia estrangulada, lo cual es una urgencia. Un bulto interno en la ingle sin dolor también debe ser evaluado, ya que podría ser un tumor o una hernia no complicada.

Bulto en la Cara o Cabeza del Perro

Un bulto en la cara es especialmente visible y preocupante. Puede ser desde un inofensivo papiloma hasta un quiste sebáceo o un histiocitoma. Sin embargo, un bulto en la cabeza duro sin dolor y que no se mueve debe ser examinado sin demora, ya que podría tratarse de un tumor óseo.

Bulto Debajo de la Barbilla

Un bulto debajo de la barbilla sin dolor a menudo hace pensar en los ganglios linfáticos mandibulares. Si están inflamados (linfadenopatía), puede ser por una infección en la boca (un diente en mal estado, por ejemplo) o por causas más sistémicas. No hay que confundirlos con las glándulas salivares, que también se encuentran en esa zona. Siempre debe valorarlo un profesional.

El Diagnóstico Veterinario

Has hecho tu trabajo: has localizado el bulto, lo has observado y has decidido que es hora de consultar. ¿Qué pasará en la clínica?

  1. Exploración Física: El veterinario palpará el bulto, evaluará su tamaño, consistencia, movilidad y la condición de la piel circundante.
  2. Citología (PAAF): Es el paso más común. Con una aguja fina, se extrae una pequeña muestra de células del interior del bulto. Es una prueba rápida, casi indolora y muy económica (suele rondar entre 30€ y 60€) que en la mayoría de los casos ofrece un diagnóstico presuntivo.
  3. Biopsia: Si la citología no es concluyente o se necesita más información (especialmente ante la sospecha de un tumor maligno), se realiza una biopsia. Consiste en extraer un pequeño trozo del tejido (o el bulto entero) bajo sedación o anestesia general para enviarlo a un laboratorio de anatomía patológica. Es la prueba de oro, la única que da un diagnóstico definitivo y el grado del tumor. Su coste es más elevado, pudiendo ir desde los 150€ hasta varios cientos de euros, dependiendo de la complejidad.

A veces pueden ser necesarias pruebas de imagen como radiografías o ecografías para ver si el bulto afecta a estructuras internas.

La Prevención y el Cuidado en Casa

Aunque no podemos evitar todos los bultos, un dueño implicado es la mejor herramienta de prevención.

  • Chequeos Regulares: Acostúmbrate a palpar a tu perro de arriba a abajo una vez al mes. Hazlo como un juego, durante una sesión de mimos. Revisa axilas, ingles, entre los dedos, las orejas y la boca. Cuanto antes detectes algo, mejor.
  • Dieta y Ejercicio: Mantener a tu perro en un peso saludable reduce la probabilidad de aparición de lipomas y mantiene su sistema inmunitario fuerte.
  • Higiene de la Piel: Un buen cepillado y baños regulares con productos adecuados ayudan a mantener la piel sana y a detectar cualquier anomalía a tiempo.
  • Esterilización: En el caso de las hembras, la esterilización temprana reduce drásticamente (casi a cero) el riesgo de tumores de mama, que son muy frecuentes y a menudo malignos.

Encontrar un bulto en tu perro es un momento de preocupación, pero no de pánico. La gran mayoría serán benignos y no requerirán más que vigilancia. Tu labor como dueño es ser observador, metódico y actuar con calma.

Realiza tus chequeos en casa, anota cualquier cambio y, ante la más mínima duda o «red flag», confía en el criterio de tu veterinario. Ellos son los únicos que pueden darte un diagnóstico certero y la tranquilidad que necesitas. Cuidar de ellos es un trabajo en equipo, y tú eres la pieza más importante.

Tabla rápida de orientación

UbicaciónTexturaDolorEvolución típicaPosibles causas
IngleBlando, móvilSin dolorCrece lentoLipoma, hernia, ganglio
IngleDuro, fijoDuelePuede supurarAbsceso, quiste infectado
CabezaDuro, no dolorosoEstableOsteoma, quiste dérmico
BarbillaBlandoSin dolorLentoLipoma, ganglio
PataBlandoDolor al tactoReabsorbe o se ulceraHematoma, picadura
Piel generalPústulaDolor leveEstalla y forma costraFoliculitis, espinilla

Las Preguntas Que Más Oímos

¿Los bultos de cáncer se mueven?

Existe la creencia popular de que «si se mueve, es bueno; si está fijo, es malo». Aunque tiene una base de verdad (los lipomas suelen ser móviles y muchos tumores malignos se adhieren a tejidos profundos), no es una regla infalible. Hay tumores malignos, como algunos mastocitomas, que pueden ser móviles, y bultos benignos, como quistes inflamados, que pueden estar fijos y doler. Nunca uses la movilidad como único criterio para decidir si un bulto es peligroso o no.

¿Y si no es un bulto? Tipos de granos en perros

A veces, lo que notamos no es tanto un bulto como un «grano». Los tipos de granos en perros suelen corresponder a foliculitis (infección del folículo piloso), pústulas o pápulas. La foliculitis bacteriana es muy común y se presenta como pequeños granitos con pus, a menudo acompañados de picor y pérdida de pelo en la zona. También pueden ser reacciones alérgicas o picaduras de insectos.

¿Cuándo preocuparse de verdad?

Esta es la pregunta del millón. Aquí tienes una lista de «red flags». Si el bulto de tu perro cumple una o más de estas características, no esperes. Pide cita con tu veterinario.
Crecimiento rápido: Si notas que el bulto ha doblado su tamaño en un mes o menos.
Cambio de aspecto: Si cambia de color, empieza a sangrar, se ulcera o desarrolla costras.
Textura dura e irregular: Si es duro como una piedra y no tiene bordes definidos.
Está fijo: Si parece anclado al hueso o al músculo y no puedes desplazarlo.
Dolor: Si a tu perro le duele de forma evidente al tocarlo.
Afecta a su estado general: Si la aparición del bulto coincide con pérdida de apetito, apatía, pérdida de peso o fiebre.
Localización: Bultos en las mamas (especialmente en perras no esterilizadas), en la boca, en los testículos o cerca de los orificios corporales siempre deben ser revisados.

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